El barrio de Gràcia es una de las pocas zonas céntricas de Barcelona donde el turismo sólo se acerca de forma muy discreta y como los autóctonos abandonan en masa la ciudad en agosto, los que nos quedamos podemos disfrutarlo como si aun fuera el pueblo que solía ser antes de convertirse en un barrio.
Pero la tregua dura pocos días ya que a mediados de mes comienza su fiesta mayor, una de las mas populares y esperadas de la ciudad y la que consigue que se nos rompan los esquemas a los que solemos pensar "que bien se está en Barcelona en agosto".
Las fiestas de Gràcia transcurren como muchas fiestas de pueblo: castellers, correfocs, actividades para los niños, conciertos y orquestas tocando en cada esquina, mucha cerveza... y una marea humana inundándolo todo.
Lo realmente pintoresco de las fiestas es la competición entre vecinos para ganar el concurso a la calle mejor decorada. Los vecinos trabajan durante meses para preparar los decorados y aunque el resultado es diverso, en todos los casos llama la atención una utilización muy imaginativa de material reciclado.
Bajo el mar de la calle Verdi: Colas de sirena hechas con "trencadís" gaudiniano de CDs. Junto con la luz crean esos tonos irisados.
Peces blanditos de plástico cosido y relleno de material reciclado: bolsas del super, paja, cajas de huevos, papel... y los ojos son tapas de botes de conserva y cápsulas de café.
Propuestas para la iluminación de las calles hechas con botellas de plástico recortadas y pintadas. La jungla de Nunca Jamás de la calle Fraternitat y las flores selváticas de Joan Blanques.
Y las casas del Londres nocturno de Peter Pan, hechas con cajas y vasitos de yogur, natillas, helado...
Cada año se superan, lo que realmente me gusta es el material reciclado y lo artistazos que son.
ResponderEliminarbon diumenge
Tienes razón, realmente es muy raro que no se conozca más esta tradición, el resultado es espectacular. Ya estarán desmontando y pensando en el decorado del año que viene...
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